La
obesidad es la enfermedad más frecuentes en los niños y adolescentes de los países
industrializados. Se define como un incremento del peso corporal, a expensas
del aumento del tejido adiposo.
Según su origen, la obesidad se
puede clasificar en endógena y exó- gena. La endógena es la menos frecuente de
estos dos tipos, pues sólo entre un 5 y un 10% de los obesos la presentan, este
tipo de obesidad es debida a problemas provocados a la disfunción de alguna glándula
endocrina, como la tiroides (hipotiroidismo), el síndrome de Cushing (glándulas
suprarrenales), diabetes mellitus (problemas con la insulina), el síndrome de
ovario poliquístico o el hipogonadismo, entre otros, esta es un tipo de
obesidad causada por problemas internos, debido a ellos las personas no pueden
perder peso (incluso lo aumentan) aún llevando una alimentación adecuada y
realizando actividad física.
En cambio la obesidad exógena es
aquella que se debe a un exceso en la alimentación o a determinados hábitos
sedentarios, en otras palabras, la obesidad exógena es la más común y no es
causada por ninguna enfermedad o alteración propia del organismo, si no que es provocada
por los hábitos de cada persona. Este tipo constituye aproximadamente entre el
90 y 95% de todos los casos de obesidad.
Causas
La obesidad y las enfermedades
crónicas no transmisibles se desarrollan por causas
multifactoriales para el
individuo y fomentadas por una cultura de consumo, con
una determinante socioeconómica y
por el actual enfoque al entorno de comodidad
(generador de obesidad), la cual
se caracteriza para realizar todo trabajo con un mí-
nimo esfuerzo, mayor acceso de
alimentos con bajo contenido de fibra, con alto
contenido en sodio, de alta
densidad energética, bebidas con alto aporte calórico, un
mayor tamaño de porción de
alimentos y bebidas, una vida sedentaria propiciada y
fomentada por un constante
desarrollo tecnológico, además de una actividad cotidiana
hasta cierto punto rutinaria
(niveles reducidos de actividad física en el hogar, escuela, trabajo, al
utilizar transporte particular, y actividades recreativas que requieren bajo
gasto energético (juegos elec trónicos), etc., además del fomento en el
consumo de tabaco y alcohol, lo
anterior por datos obtenidos de la encuesta nacional
de ingreso y gasto de los
hogares.
El índice de masa corporal (IMC)
es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza
frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se
calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla
en metros (kg/m2).
La definición de la OMS es la
siguiente:
Un IMC igual o superior a 25
determina sobrepeso.
Un IMC igual o superior a 30
determina obesidad.
El IMC proporciona la medida más
útil del sobrepeso y la obesidad en la población, puesto que es la misma para
ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay que
considerarla a título indicativo porque es posible que no se corresponda con el
mismo nivel de grosor en diferentes personas.
Datos sobre el sobrepeso y la
obesidad
A continuación se presentan
algunas estimaciones mundiales recientes de la OMS.
En 2014, más de 1900 millones de
adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones
eran obesos.
En general, en 2014 alrededor del
13% de la población adulta mundial (un 11% de los hombres y un 15% de las mujeres)
eran obesos.
En 2014, el 39% de los adultos de
18 o más años (un 38% de los hombres y un 40% de las mujeres) tenían sobrepeso.
La prevalencia mundial de la
obesidad se ha multiplicado por más de dos entre 1980 y 2014.
En 2013, más de 42 millones de
niños menores de cinco años de edad tenían sobrepeso. Si bien el sobrepeso y la
obesidad tiempo atrás eran considerados un problema propio de los países de
ingresos altos, actualmente ambos trastornos están aumentando en los países de
ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos urbanos. En los países
en desarrollo con economías emergentes (clasificados por el Banco Mundial en
países de ingresos bajos y medianos) el incremento porcentual del sobrepeso y
la obesidad en los niños ha sido un 30% superior al de los países
desarrollados.
En el plano mundial, el sobrepeso
y la obesidad están relacionados con un mayor número de defunciones que la
insuficiencia ponderal. La mayoría de la población mundial vive en países donde
el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas que la insuficiencia ponderal
(estos países incluyen a todos los de ingresos altos y la mayoría de los de
ingresos medianos).
¿Qué causa el sobrepeso y la
obesidad?
La causa fundamental del
sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías
consumidas y gastadas. En el mundo, se ha producido:
un aumento en la ingesta de
alimentos hipercalóricos que son ricos en grasa, sal y azúcares pero pobres en vitaminas,
minerales y otros micronutrientes, y
un descenso en la actividad
física como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas
de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente
urbanización.
A menudo los cambios en los
hábitos de alimentación y actividad física son consecuencia de cambios
ambientales y sociales asociados al desarrollo y de la falta de políticas de
apoyo en sectores como la salud; agricultura; transporte; planeamiento urbano;
medio ambiente; procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y
educación.
¿Cuáles son las consecuencias
comunes del sobrepeso y la obesidad para la salud?
Un IMC elevado es un importante
factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como:
las enfermedades cardiovasculares
(principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular), que en 2012 fueron la
causa principal de defunción;
la diabetes;
los trastornos del aparato
locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las
articulaciones muy discapacitante), y
las enfermedades cardiovasculares
(principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular), que en 2008 fueron la
causa principal de defunción; la diabetes; los trastornos del aparato locomotor
(en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las
articulaciones muy discapacitante), y algunos cánceres (del endometrio, la mama
y el colon).
El riesgo de contraer estas
enfermedades no transmisibles crece con el aumento del IMC.
La obesidad infantil se asocia
con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la
edad adulta. Pero además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos
sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y
presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la
insulina y efectos psicológicos.
Afrontar una doble carga de
morbilidad
Muchos países de ingresos bajos y
medianos actualmente están afrontando una "doble carga" de
morbilidad.
Mientras continúan lidiando con
los problemas de las enfermedades infecciosas y la desnutrición, estos países
están experimentando un aumento brusco en los factores de riesgo de contraer
enfermedades no transmisibles como la obesidad y el sobrepeso, en particular en
los entornos urbanos.
No es raro encontrar la
desnutrición y la obesidad coexistiendo en un mismo país, una misma comunidad y
un mismo hogar.
En los países de ingresos bajos y
medianos, los niños son más propensos a recibir una nutrición prenatal, del
lactante y del niño pequeño insuficiente. Al mismo tiempo, están expuestos a
alimentos hipercalóricos ricos en grasa, azúcar y sal y pobres en
micronutrientes, que suelen ser poco costosos. Estos hábitos alimentarios,
juntamente con una escasa actividad física, tienen como resultado un
crecimiento brusco de la obesidad infantil, al tiempo que los problemas de la
desnutrición continúan sin resolver.
¿Cómo pueden reducirse el
sobrepeso y la obesidad?
El sobrepeso y la obesidad, así
como sus enfermedades no transmisibles asociadas, son en gran parte
prevenibles. Para apoyar a las personas en el proceso de realizar elecciones,
de modo que la opción más sencilla sea la más saludable en materia de alimentos
y actividad física periódica, y en consecuencia prevenir la obesidad, son
fundamentales unas comunidades y unos entornos favorables.
En el plano individual, las
personas pueden:
limitar la ingesta energética
procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares;
aumentar el consumo de frutas y
verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos;
realizar una actividad física
periódica ( 60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para
los adultos).
La responsabilidad individual
solamente puede tener pleno efecto cuando las personas tienen acceso a un modo
de vida saludable. Por consiguiente, en el plano social es importante:
dar apoyo a las personas en el
cumplimiento de las recomendaciones mencionadas más arriba, mediante un
compromiso político sostenido y la colaboración de las múltiples partes
interesadas públicas y privadas, y
lograr que la actividad física
periódica y los hábitos alimentarios más saludables sean económicamente
asequibles y fácilmente accesibles para todos, en particular las personas más
pobres.
La industria alimentaria puede
desempeñar una función importante en la promoción de una alimentación
saludable:
reduciendo el contenido de grasa,
azúcar y sal de los alimentos elaborados;
asegurando que todos los
consumidores puedan acceder física y económicamente a unos alimentos sanos y
nutritivos;
poner en práctica una
comercialización responsable, y
asegurar la disponibilidad de
alimentos sanos y apoyar la práctica de una actividad física periódica en el
lugar de trabajo.
La respuesta de la OMS
Adoptada por la Asamblea Mundial
de la Salud en 2004, la Estrategia mundial de la OMS sobre régimen alimentario,
actividad física y salud expone las medidas necesarias para apoyar una
alimentación saludable y una actividad física periódica. La Estrategia exhorta
a todas las partes interesadas a adoptar medidas en los planos mundial,
regional y local para mejorar los regímenes de alimentación y actividad física
entre la población.
La Declaración Política de la
Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la
Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles adoptada en
septiembre de 2011 reconoce la importancia crucial de reducir el nivel de
exposición de las personas y las poblaciones a dietas poco sanas y al sedentarismo.
Esa Declaración manifiesta el
compromiso de promover la aplicación de la Estrategia Mundial OMS sobre Régimen
Alimentario, Actividad Física y Salud, incluida, según proceda, la introducción
de políticas y medidas orientadas a promover dietas sanas e incrementar la
actividad física en toda la población.
Dicho Plan de acción trata de
partir de la labor del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco y de
la Estrategia Mundial OMS sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud.
El Plan de acción contribuirá a avanzar en las 9 metas mundiales relacionadas
con las enfermedades no transmisibles que deben haberse cumplido en 2025, entre
las que cabe mencionar una reducción relativa de un 25% en la mortalidad
prematura debida a enfermedades no transmisibles y la contención de los índices
mundiales de obesidad en los correspondientes a 2010.
Para informar mejor y preparar
una respuesta integral a la obesidad en la niñez en particular, la Directora
General de la OMS estableció una comisión de alto nivel para acabar con la
obesidad infantil, integrada por 15 eminentes personalidades de diversas
procedencias profesionales y geográficas. La Comisión examinará los mandatos y
estrategias existentes y los ampliará para corregir sus deficiencias, fomentará
la sensibilidad sobre la obesidad infantil y generará una dinámica favorable
para la acción.
Las consecuencias que la obesidad
y el sobrepeso pueden tener en la salud son numerosas y variadas, desde un
mayor riesgo de muerte prematura a varias dolencias debilitantes y
psicológicas, que no son mortales pero pueden tener un efecto negativo en la
calidad de vida .
Los principales problemas de
salud asociados a la obesidad y el exceso de peso son:
Diabetes de tipo 2
Enfermedades cardiovasculares e
hipertensión
Enfermedades respiratorias
(síndrome de apnea del sueño)
Algunos tipos de cáncer
Osteoartritis
Problemas psicológicos
Empeoramiento en la percepción de
la calidad de vida
El grado de riesgo depende entre
otras cosas de la cantidad relativa de exceso de peso, la localización de la
grasa corporal, cuánto se ha subido de peso durante la edad adulta y la
cantidad de actividad física. La mayoría de estos problemas pueden mejorarse
adelgazando un poco (entre 10 y 15%), especialmente si también se aumenta la
actividad física.
De todas estas graves enfermedades
es la diabetes de tipo 2 (que normalmente se desarrolla en la edad adulta y
está asociada al sobrepeso) o la diabetes mellitus no insulinodependiente, la
que está más ligada a la obesidad y el exceso de peso. De hecho el riesgo de
desarrollar una diabetes de tipo 2 aumenta con un IMC que esté bastante por
debajo del límite de la obesidad (IMC de 30). La probabilidad de que las
mujeres obesas desarrollen una diabetes de tipo 2 es 12 veces mayor que en
mujeres con un peso saludable. El riesgo de padecer este tipo de diabetes
aumenta conforme el IMC sea más alto, especialmente en las personas con
antecedentes familiares de diabetes, y disminuye si se pierde peso .
Las enfermedades cardiovasculares
incluyen las enfermedades coronarias, los accidentes cerebrovasculares y la
enfermedad vascular periférica. Estas enfermedades son las responsables de una
gran proporción de las muertes (una de cada tres) en los hombres y mujeres de
los países industrializados y su incidencia está también aumentando en los países
en vías de desarrollo.
La obesidad predispone al
individuo a varios factores de riesgo cardiovascular, entre ellos la
hipertensión y elevados niveles de colesterol en sangre. En las mujeres, la
obesidad es la variable más importante en las enfermedades cardiovasculares,
después de la edad y la presión sanguínea. El riesgo de sufrir un infarto es
unas tres veces mayor en una mujer obesa que en una mujer delgada de la misma
edad.
Las personas obesas son más
propensas a tener altos niveles de triglicéridos en sangre (lípidos
sanguíneos), y colesterol LDL, con lipoproteínas de baja densidad
"colesterol malo") y bajos niveles de colesterol HDL con
lipoproteínas de alta densidad ("colesterol bueno "). Este perfil
metabólico es característico en personas obesas con una alta acumulación de
grasa intraabdominal ("manzanas") y normalmente se asocia a un mayor
riesgo de padecer enfermedades coronarias. Usualmente, si se pierde peso, los
niveles de lípidos en sangre (grasas) mejoran. Si se pierden 10 kg, se puede
producir un descenso del 15% en los niveles de colesterol LDL y un aumento de
un 8% en los de colesterol HDL .
La relación entre la hipertensión
(alta presión arterial) y la obesidad está bien documentada, y se calcula que
la proporción de hipertensión atribuible a la obesidad es del 30-65% en las
poblaciones de Occidente. De hecho, la presión arterial aumenta si se
incrementa el IMC; Por cada 10 kg de aumento de peso, la presión arterial sube
2-3mm Hg. Por el contrario, si se baja de peso disminuye la presión arterial, y
normalmente, por cada 1% de reducción de peso, la presión arterial disminuye
1-2mm Hg.
La prevalencia de la hipertensión
en adultos con sobrepeso es tres veces mayor que en adultos sin sobrepeso, y el
riesgo de hipertensión en personas con exceso de peso entre 20-44 años es casi
6 veces mayor que en los adultos con peso normal.
Aunque la relación entre la
obesidad y el cáncer no esta bien definida, hay varios estudios que han
descubierto que el sobrepeso está asociado a la incidencia de ciertos tipos de
cáncer, y más concretamente, cánceres gastrointestinales y de origen hormonal.
Se ha observado que las mujeres obesas tienen un mayor riesgo cáncer mamario,
endometrial, ovárico y cervical, y hay evidencias de que en los hombres hay un
riesgo más elevado de padecer cáncer de próstata y cáncer rectal. La asociación
más clara es la que existe entre el cáncer de colon y la obesidad, que triplica
su riesgo tanto en mujeres como en hombres.
Las enfermedades degenerativas de
las articulaciones, como la rodilla, son complicaciones normales asociadas a la
obesidad y el sobrepeso . Se piensa que el daño mecánico de las articulaciones
se produce debido al exceso de peso que tienen que soportar. También es más
común en las personas obesas el dolor lumbar, que puede ser una de las causas
principales de absentismo laboral en personas obesas.
La obesidad se considera una
lacra en muchos países Europeos, y se percibe como una apariencia física no deseable
y un signo de los defectos de carácter que se supone que indica. Incluso los
niños de seis años perciben a otros niños obesos como "vagos, sucios,
estúpidos, feos, mentirosos y tramposos" .
Las personas obesas tienen que
enfrentarse a la discriminación. Según los estudios realizados en el Reino
Unido y en Estados Unidos, las jóvenes con exceso de peso ganan mucho menos que
las mujeres sanas, sin sobrepeso o que otras mujeres con problemas crónicos de
salud .
También es más frecuente que las
personas obesas coman compulsivamente, y que tengan una largo historial de
desórdenes alimentarios que se caracterizan por los atracones y las variaciones
de peso . Cambios en la Dieta
Reducir el consumo calórico
diario y el comer saludablemente son vitales para combatir la obesidad. La baja
de peso lenta y estable de una a dos libras a la semana es considerada la
manera más segura para perder peso y la mejor forma de eliminarlo
permanentemente.
Evita los cambios de dieta
drásticos e irrealistas, tales como las dietas extremas, ya que éstas tienen
pocas probabilidades de mantener el peso perdido a largo plazo. Mientras que no
hay una manera establecida para identificar una dieta de moda, muchas tienen
las siguientes características:
Prometen la pérdida rápida de peso
Parecen ser muy buenas para ser
ciertas
Los alimentos son definidos como
“buenos” y “malos”
Tienen menos de mil calorías
diarias
Requieren de suplementos
vitamínicos/minerales o productos alimentarios
Eliminan uno de los principales
grupos alimentarios (por ejemplo; los granos, las grasas, las carnes, los
lácteos, las frutas, los vegetales)
Falta de estudios científicos
aleatorios que prueben que la dieta funciona y que es segura
Eliminan un nutriente esencial
(por ejemplo; los carbohidratos, las grasas, las proteínas)
No requieren de actividad o
ejercicio
Fue escrita por alguien que no
tiene experiencia en el manejo de peso
Visita la página Web de las Redes
de Información de Control de Peso y Mitos Nutricionales para conocer más acerca
de la pérdida de peso y de las dietas de moda.
Incrementa la Actividad
La mayoría de las personas que
son capaces de mantener su pérdida de peso por más de un año hacen ejercicio
regularmente. La meta de una actividad y del ejercicio para bajar de peso es
quemar más calorías, aunque el ejercicio también ofrece muchos otros beneficios
a la salud. El número de calorías que se queman depende de la frecuencia,
duración e intensidad de la actividad.
Cirugía para Perder Peso
Como tratamiento para la obesidad
severa, la popularidad de las cirugías para perder peso está creciendo, pero
este tratamiento no es para todo el mundo. Ten en mente que la cirugía para
producir la pérdida de peso es una cosa seria; entre más extensa la cirugía,
mayores son los riesgos de tener complicaciones y deficiencias nutricionales.
Debes entender los pros y los contras asociados con el procedimiento antes de
tomar cualquier decisión.
Una cirugía exitosa y segura
requiere comprometerse realmente a comer correctamente y a ejercitarse antes y
después de la cirugía. Estos cambios en el estilo de vida deben continuarse, o
de otra manera es probable que se desarrollen complicaciones serias de la
cirugía.
Los candidatos deben:
Tener un Índice de Masa Corporal
de cuarenta o más.
Su Índice de Masa Corporal es de
treinta y cinco a treinta y nueve punto nueve, más un problema de salud serio
relacionado con el peso, tal como la diabetes o la presión alta.
Prueba de que sus intentos de perder
peso por medio de dieta y ejercicio no han sido efectivos.