La piel que
recubre las mamas tiene los mismos problemas y necesidades que la de cualquier
otra parte del cuerpo.
El eccema de pezón es un síntoma
menor de la dermatitis atópica. La piel de las personas con dermatitis atópica
es más seca de lo normal, por lo que un síntoma frecuente es el picor, que
puede ser localizado o tender a generalizarse dependiendo del carácter de la
enfermedad. Al ser más seca la piel, hay más facilidad para que se rompa
apareciendo eccemas.
Estos eccemas
aparecen frecuentemente en pliegues y en localizaciones típicas como en las
manos, párpados o los pezones. Estas zonas de eccema suelen producir un picor
muy intenso y el rascado de las lesiones puede empeorarlas.
La aparición
de los eccemas se produce en brotes y hay determinadas circunstancias que
pueden desencadenar su aparición, como el clima seco, el estrés, mala
hidratación de la piel, utilización de jabones o detergentes demasiado
agresivos, etc.
En ocasiones, la dermatitis atópica se asocia a una tendencia a
tener alergias en general (polen, ácaros, pelo de animales, medicamentos, etc.)
y al asma. La aparición de los eccemas se produce en brotes y hay determinadas
circunstancias que pueden desencadenar su aparición, como el clima seco, el
estrés, mala hidratación de la piel, utilización de jabones o detergentes
demasiado agresivos, etc.
Esta area precisa de unos cuidados higiénicos basados en
el lavado diario con agua y jabón neutros y la posterior aplicación de crema
hidratante con un suave masaje.
Cuando aparece el eccema en el pezón es
importante utilizar cremas hidratantes un poco más grasas que las habituales y
usar geles de baño y ducha muy suaves que no agredan la piel. También suele
mejorar rápidamente con una crema que contenga un corticoide suave.
Existen
también otras causas más raras del eccema de pezón, algunas de ellas
relacionadas con la glándula mamaria, por lo que si no obtiene mejoría en pocos
días con estas recomendaciones es importante que sea explorada por un médico
para descartar otras causas. En
ocasiones, puede producirse sensación de sequedad o tirantez en la piel incluso
con cierta descamación pero de manera similar a como ocurre, por ejemplo, en
las piernas.
También es
posible que enfermedades como el eccema, psoriasis o alergias afecten a la piel
de las mamas.
La enfermedad
de Paget de produce por la infiltración de la piel del pezón por la presencia
de un cáncer subyacente. Su aspecto es de una lesión enrojecida que afecta al
pezón y que no mejora ante la aplicación de tratamientos tópicos como los
corticoides.
Mientras se esta lactando es bastante
frecuente que pican o duelan los pechos ocurre durante el este período, la causa se trata de una infección llamada mastitis. Además de
sufrir picazón y dolor en los pechos, también puede aparecer fiebre y
cansancio. El tratamiento habitual suele implicar el suministro de
antibióticos.
Otra causa más
preocupante de la picazón o dolor en los pechos, es el cáncer de mama
inflamatorio; si bien éste tipo de cáncer no es de los más comunes, se presenta
con picazón, inflamación y dolor, además la zona tiende a enrojecer, debido a
que la mama se llena de líquido linfático motivo por el cual aumenta su tamaño
en pocos días.
Si padeces de
alguno de estos síntomas descriptos no dudes en recurrir al médico, las
posibilidades de tratarlo a tiempo son importantes para evitar daños y secuelas
mayores.
Suele tener
una evolución muy lenta, durante meses o incluso años, apareciendo un enrojecimiento
de la superficie del pezón que finalmente se ulcera o erosiona formándose en el
pezón y areola costras que pueden desprenderse quedando ulceras por debajo.
Se manifiesta
como un padecimiento en el que las regiones del pezón y la areola, en el seno,
parecen sufrir resequedad o infección por bacterias u hongos; sin embargo, el
origen de esta condición se debe al desarrollo de células anormales que
necesitan tratarse de manera oportuna para no poner en riesgo la vida.
Mucho se ha
avanzado en la prevención y tratamiento del cáncer de mama, el cual representa
una de las principales causas de muerte entre las mujeres mexicanas. Sin
embargo, la labor de información sobre este tema deberá intensificarse para dar
a conocer la existencia de formas discretas del padecimiento que pudieran
confundirse con problemas de mucha menor gravedad.
Ejemplo de lo
anterior es la enfermedad de Paget, la cual se presenta en mujeres de 45 años o
más, principalmente, siendo su incidencia de 1 a 4 casos por cada cien mil
personas del sexo femenino. La duración de los primeros síntomas es
aproximadamente 3 años, siendo éstos casi siempre la inflamación de la piel
acompañada de descamación (dermatitis eccematosa) y la presencia de un grano
rojo que se transforma en herida (úlcera) con borde costroso; cualquiera de
estas manifestaciones puede confundirse con algún problema dermatológico, entre
ellos infección por microorganismos, alergia o irritación generada por factores
ambientales.
Precisamente
esta apariencia hace que la mujer e incluso el médico consideren que el
padecimiento no representa mayor dificultad y que bastará con la aplicación de
cremas medicinales o humectantes para lograr mejoría. Sin embargo, el que ambas
partes ignoren la posibilidad de una enfermedad de tipo canceroso hace que el
diagnóstico se retrase y, en consecuencia, que se permita la proliferación de
células anormales, mismas que pueden generar tumores o diseminarse hacia otras
zonas del organismo.
.
Esta enfermedad no es de reciente aparición, sino que fue descrita por vez primera desde
mediados del siglo XIX por el médico francés Alfred Velpeau, aunque fue hasta
1874 que el facultativo británico sir James Paget habló de ella con mayor
exactitud y constató que la lesión en el pezón estaba relacionada con el
desarrollo de cáncer mamario oculto o subyacente (debido a esta aportación, su
apellido quedó vinculado a este problema de salud).
Respecto a la
gravedad de este padecimiento, se sabe que varía en cada caso y, como sucede
con otros tipos de cáncer, el pronóstico dependerá del momento en que se
realice el diagnóstico, pues una detección oportuna siempre ofrecerá mejores
perspectivas de tratamiento y recuperación. Por ello, en términos generales se
puede afirmar que cuando el abordaje médico es adecuado y ocurre en etapas
tempranas, la respuesta suele ser muy favorable.
Por otra
parte, podemos mencionar que el origen de la enfermedad de Paget continúa
siendo motivo de debate, si bien existen dos teorías que tratan de explicarlo.
La primera y más aceptada sugiere que los problemas en pezón y areola aparecen
como consecuencia de un cáncer ductal (afecta a las células de los conductos
por donde circula la leche en la mama, durante la lactancia) que emigra hacia
la piel o epidermis (diseminación intradérmica).
Otra
explicación indica que las mismas células de la epidermis del pezón sufren
cambios (mutan) y se convierten en tejidos cancerosos (transformación in situ)
independientemente de cualquier otro proceso, ya que hay pacientes en quienes
no se localiza cáncer mamario subyacente u oculto.
De acuerdo con
la literatura médica, las manifestaciones más comunes que la enfermedad de
Paget genera son las siguientes:
Aparición de
un granito rojo, por lo regular en el pezón, aunque también pudiera surgir en
la areola.
Enrojecimiento
persistente.
Comezón
(prurito) y/o sensación de ardor.
Aparición de
lesión escamosa seca o húmeda que no cicatriza ni responde a tratamiento con
cremas o medicamentos (algunas pomadas pueden dar mejoría temporal, pero la
lesión vuelve a generarse al poco tiempo).
Formación de
costra.
Induración o
retracción del pezón (se “hunde”).
Derrame
sanguinolento por el pezón.
Además de lo
anterior, cabe destacar que los médicos reconocen dos formas clínicas de la
enfermedad: una eccematosa cuando la lesión aparenta notable resequedad o
infección, y otra ulcerativa en caso de que la herida sea húmeda y brillante.
Asimismo, no se descarta que el problema surja en ambos senos, aunque lo más
común es que sólo uno se encuentre afectado, y también se ha reportado la
presencia de este tipo de cáncer en hombres.
Es importante
que al detectar los síntomas de la enfermedad de Paget, y a pesar de su
apariencia inofensiva, se acuda a la brevedad al oncólogo (especialista que
analiza origen, desarrollo y propagación de cáncer) para que dirija las labores
requeridas en el diagnóstico, entre ellas, realización de la historia clínica,
exploración física y solicitud de estudios especializados como mamografía
(examen que permite observar los tejidos internos del seno) y biopsia (toma de
una muestra de tejido para que se analice en el laboratorio).
Cuando se
confirma que la paciente presenta este tipo de cáncer, se establece
paralelamente el tratamiento a seguir, dependiendo del tamaño de la lesión, su
localización y de que las células cancerígenas se hayan extendido o no hacia
los ganglios linfáticos (lugar donde se producen células de defensa, conectados
a los vasos linfáticos) que se ubican en las axilas y brazos.
Así, en
aquellos casos en que sólo está dañado el pezón y el cáncer no se ha
diseminado, se recurre a intervención quirúrgica para retirarlo junto con la
areola. También es posible que el daño sea muy leve y sólo se necesite el uso
de radioterapia (cuando la región afectada se expone a radiaciones con la
finalidad de destruir células malignas), sin descartar que en ocasiones se
empleará tratamiento combinado de ambas técnicas.
Por su parte,
cuando se detecta tumor subyacente será necesario prescribir quimioterapia
(administración de sustancias químicas que destruyen a los tumores),
radioterapia e, incluso, cirugías con distinto grado de severidad:
Tumorectomía o
lumpectomía, que consiste en la extracción de la masa tumoral respetando al
máximo la glándula mamaria.
Mastectomía
simple, en caso de que se extirpe todo el seno y ganglios de la axila.
Mastectomía
radical, cuando se sigue el mismo procedimiento que en la cirugía anterior,
pero se amplía a los ganglios del brazo.
Hay que
considerar que estas intervenciones generan problemas emocionales en la
paciente, ante todo porque ve alterada su apariencia física y cree que su
desempeño sexual ya no será igual. Por esta razón, es indispensable que se
busque ayuda psicológica o mediante grupos formados por otras personas en
condiciones similares, pues así es posible superar la pérdida y comprender que
lo importante es haberle ganado la batalla al cáncer.
Finalmente, se
debe hacer hincapié en que ignorar los cambios que se presentan en el pezón o
areola representa un riesgo considerable, ya que esto permitirá que el cáncer
se expanda y ponga en riesgo la salud y vida de la persona. Por ello, es
importante no tratar estos problemas con remedios caseros y, más aún, acudir al
especialista en cuanto exista alguna sospecha de cáncer o de alteración en la
apariencia del seno, ya que sólo así se podrán obtener diagnóstico acertado y
tratamiento que evite lamentables complicaciones.
Descamación y picazón en la piel generalmente se trata de eccema o
una infección bacteriana o micótica. Consulte con el médico para recibir
tratamiento.
Los pezones que presentan
descamación y picazón pueden ser un signo de la enfermedad de Paget, una rara
forma de cáncer de mama que compromete el pezón.
Engrosamiento de la piel con poros grandes esto se conoce como piel de
naranja porque la piel se ve como una cáscara de naranja. Una infección en la
mama o cáncer de mama inflamatorio pueden causar este problema. Consulte con el
médico inmediatamente.
Pezones hundidos: si su pezón estaba elevado por encima
de la superficie, pero comenzó a retraerse hacia adentro y no sale cuando se lo
estimula. Consulte con el médico si esto es nuevo.
Solicite una cita con el médico
si nota que:
Un pezón se retrae o se hunde
cuando no estaba así antes.
Un pezón ha cambiado de forma.
Un pezón se torna sensible y no
está relacionado con el ciclo menstrual.
Un pezón tiene cambios en la
piel.
Presenta una secreción del pezón
nueva.
Qué se debe esperar del médico
El médico hablará con usted
acerca de su historia clínica y los cambios recientes que se han notado en sus
mamas y pezones. El médico también le realizará un examen de las mamas y puede
sugerirle que consulte a un dermatólogo o un especialista en mamas.
Le pueden hacer estos exámenes:
Mamografía
Ecografía de las mamas
Biopsia
Otros exámenes de la secreción del pezón
Es por ello
que las lesiones del pezón, que no curan en un razonable periodo de tiempo,
deben ser consultadas con el médico para descartar este problema.
Recomendación
visite su médico para un mejor diagnóstico y tratamiento.