La cistitis es la inflamación de
la vejiga urinaria, usualmente asociada a una infección bacteriana de la orina.
La cistitis tambien se conoce como infección de orina. Consiste en la infección
de las vías urinarias bajas o de la vejiga.
Puede ser aguda o crónica. . Aunque
tambíen se puede producir cistitis por medicamentos, por falta de hormonas o
por radioterapia en estos casos el término sólo establece la presencia de
inflamación vesical sin la presencia de infección. Dado que la vejiga se
continúa a través de la uretra hacia el exterior, ésta tambíen se puede
presentar inflamada (uretritis) y participar en la sintomatología de la
enfermedad.
Con cierta regularidad se puede presentar cistitis como
consecuencia de una infección renal asintomática
Los hombres no suelen verse
afectados por las cistitis. Esto se debe a que en los hombres la uretra es más
larga que en las mujeres, por lo que los agentes patógenos no lo tienen tan
fácil para penetrar en la vejiga y provocar la infección de la misma.
Puesto que la mayoría de las
cistitis están causadas por bacterias, por lo general, los antibióticos son el
remedio más efectivo contra las infecciones de orina: con su ayuda puede
curarse la infección de forma rápida y efectiva. Por otro lado, se aconseja
beber suficiente líquido y abrigarse bien.
Si el motivo de la infección de
orina es un flujo de la orina obstruido (por ejemplo, cálculos vesicales o un
aumento de la próstata), el tratamiento tiene que ir dirigido también a
eliminar la causa de tal obstrucción.
La regla general es que quien
bebe mucho, va al baño con regularidad, se abriga especialmente en los meses
fríos y observa determinadas normas de higiene, está protegiendo su vejiga de
los gérmenes patógenos y puede, de este modo, prevenir en gran medida una
cistitis.
También es de gran ayuda el zumo de arándanos, porque los arándanos
contienen sustancias que pueden evitar que las bacterias aniden en las mucosas
y provoquen una infección de orina.
La "Cistitis de la Luna de
Miel": en parejas recíen casadas, dada la pasión de esos dias y la alta
frecuencia sexual, la vejiga y la uretra se ven traumatizadas y pueden generar
síntomas iguales al de una infección urinaria sin existir
¿Cuáles son los síntomas de la
cistitis?
Dolor o sensación de ardor al
orinar: disuria
Necesidad frecuente y urgente de
orina: polaquiuria
Sensación de deseo de orinar al
terminar de orinar: tenesmo vesical
Dolor en la región baja del
abdomen
Mal olor de la orina
Presencia de sangre en la orina:
cistitis hemorrágica
¿Cómo se diagnostica?
Se recoge una muestra de orina
para un examen simple (resultado en horas). Para un diagnóstico definitivo se
practica un cultivo de orina, Urocultivo (resultado en 3 a 7 días)
Cuando existen infecciones
repetitivas o complicadas con infecciones renales (pielonefritis) se sugiere la
evaluación urológica
¿Qué tratamiento se necesita?
El tratamiento se basa en el uso
de antibióticos adecuados para vias urinarias. La mayor parte de los casos se
manejan de manera ambulatoria y rara vez se necesita hospitalizar a la
paciente. Las medidas de ayuda son el
uso de analgésicos de las vías urinarias y una gran ingesta de agua para forzar
la expulsión de grandes cantidades de orina. Hay esquemas de tratamientos de 3,
7, 10 y 14 días dependiendo de cada caso particular.
NO TE AUTOMEDIQUES
Lo que debo hacer durante el
tratamiento
Tome el medicamento exactamente
como se le ha prescrito.
Beba líquidos abundantes, sobre
todo agua. El alcohol debe ser evitado
durante el tratamiento
Procure vaciar por completo la
vejiga al orinar
Póngase en contracto con su
médico si aparece fiebre o dolor en la región media de la espalda
(Pielonefritis)
Puede tomar 500 mg de vitamina C
para acidificar la orina
Lo que no debo hacer
No use ropa interior ni prendas
ajustadas.
No retenga la orina por mucho
tiempo
No interrumpa el antibiótico
antes de lo pautado a pesar de que se sienta bíen al segundo o tercer día del
tratamiento
Tiempo de recuperación
Los síntomas de la cistitis ceden
en las primeras 24-48 horas del iniciado el tratamiento (especialmente si se
han usado medicamentos analgésicos de las vías uriunarias). La recuperacion es
rápida pero debes terminar el tratamiento completamente
El diagnóstico de una cistitis se
produce en primer lugar tomando nota de los síntomas indicados y con un
análisis de orina.
La cistitis es, al igual que la
uretritis, una infección de las vías urinarias inferiores: la vejiga forma
junto a la uretra el tracto urinario inferior, mientras que el uréter y los
riñones forman el tracto urinario superior.
Cuando los síntomas se limitan al
tracto urinario inferior (por ejemplo, dolor al miccionar urgente, micciones
frecuentes en pequeñas cantidades, necesidad de orinar o dolor en la zona
abdominal inferior), se entenderá que se trata de una infección del tracto
urinario inferior.
Cuando en el análisis de orina se
detectan restos de sangre, olor fétido o su aspecto es purulento, se afianza la
sospecha de cistitis. El médico puede verificar en este análisis para afianzar
el diagnóstico:
Leucocitos en orina (piuria)
Acumulación de mucosidad
Residuos celulares descompuestos
En ocasiones, hematíes (glóbulos
rojos)
En la mayoría de los casos, las
bacterias en la orina (bacteriuria)
En algunos casos (por ejemplo,
tuberculosis o cistitis actínica) no es muy útil la búsqueda de bacterias en la
orina, pues en la fase temprana de la infección no es posible encontrarlas.
La sospecha fundada en la clínica
y el análisis de orina se confirmará con el cultivo de orina (uroculivo), que
permitirá confirmar con certeza el diagnóstico, averiguar qué germen es el
productor de la infección y su sensibilidad a los diferentes antibióticos (antibiograma).
Además del análisis de orina,
determinados valores en sangre también pueden determinar la existencia de una
cistitis. Así, el número de leucocitos aumenta, por lo general. Además, puede
detectarse un aumento de la velocidad de sedimentación de los glóbulos
sanguíneos. Por norma general, esto indica la existencia de una infección.
Si la cistitis dura más tiempo
del habitual o se produce de forma recurrente, se recomienda como segundo
diagnóstico una cistoscopia, para excluir otras causas como un tumor vesical
benigno o maligno. Durante la cistoscopia también es posible tomar muestras de
tejido y analizarlas (biopsia).
Las cistitis también pueden ser
una consecuencia de la verminosis, una enfermedad muy extendida en las regiones
tropicales y subtropicales (esquistosomiasis).
En este caso, el diagnóstico se
realiza mediante la identificación del agente patógeno. No obstante, hay que
tener en cuenta que los huevos de los parásitos no pueden identificarse hasta
cinco o 12 semanas después de la infección de orina.
El tratamiento de una cistitis va
dirigido principalmente a mitigar los síntomas, porque la mayoría de las veces
una infección de orina no acarrea ninguna complicación. Los medicamentos y el
resto de medidas adecuadas dependerán de la correspondiente causa.
Qué puede hacer
En caso de cistitis es
imprescindible siempre acudir al médico para determinar el tratamiento
adecuado, pero hay algunas cosas que puede hacer para ayudar al tratamiento:
Beber mucho líquido, incluso
cuando se produzca dolor al miccionar. El aumento de líquido lava las vías
urinarias y contribuye a eliminar las bacterias.
Una bolsa de agua caliente y los
baños de asiento relajan y pueden mitigar las molestias de la cistitis.
La prevención de la cistitis es
fácil si se tienen en cuenta unas pocas y sencillas medidas:
Beber mucho líquido. De este
modo, enjuaga correctamente su vejiga y el tracto urinario, eliminando así las
bacterias. Se recomiendan entre 1,5 y 2 litros diarios.
Si tiene necesidad de orinar,
acuda al baño lo antes posible.
No utilice artículos de higiene
personal perfumados o desinfectados.
En los meses fríos vístase con
ropa que le abrigue suficientemente. Las camisetas demasiado cortas, por
ejemplo, son desaconsejables en invierno.
Como la uretra de las mujeres es
más corta, son más propensas a sufrir una infección de orina que los hombres.
Para evitarlo deberán prestar atención a lo siguiente:
Tras la deposición, se recomienda
limpiarse siempre de delante hacia atrás (es decir, desde la vagina hacia el
ano). De este modo, se evita que las bacterias perjudiciales penetren en la
uretra.
Orine lo antes posible tras
mantener relaciones sexuales para expulsar los posibles gérmenes de su uretra.
Especialmente tras el sexo oral o
anal, se recomienda utilizar preservativos si va a tener lugar un acto sexual
vaginal.
Ciertos anticonceptivos no son
muy recomendables para mujeres con tendencia a sufrir cistitis. No resultan muy
adecuados los diafragmas y los espermicidas. Los preservativos, por el
contrario, protegen mejor ante los agentes patógenos.
Para aquellas mujeres que
presentan episodios crónicos de cistitis, tienen a su disposición las
siguientes medidas para prevenir las recidivas:
Complemente su alimentación con
arándanos y productos derivados como el zumo de arándanos, porque los arándanos
contienen sustancias que pueden evitar que las bacterias aniden en las mucosas
y provoquen una infección de orina.
En determinadas circunstancias,
el médico puede prescribir antibióticos durante un prolongado periodo de tiempo
para prevenir la aparición repetida de una cistitis.
Por otro lado, existe la
posibilidad de tomar antibióticos después de tener relaciones sexuales.
Pregunte a su médico sobre las posibilidades de un tratamiento con antibióticos
para prevenir las infecciones crónicas recurrentes.
La cistitis es especialmente
frecuente durante la menopausia. Una de las posibles causas es la falta de
estrógenos. Por ello se postula la administración de estrógenos como una
posible ayuda en estos casos.
Una cistitis tiene, casi siempre,
una evolución positiva. Si se trata a tiempo, su curación tiene lugar en el
plazo de unos pocos días. En un porcentaje que varía entre el 25 y el 42% de
los casos, las molestias de una cistitis aguda sin complicaciones desaparecen
incluso por sí solas, pero un tratamiento con antibióticos puede acelerar
notablemente la velocidad de curación y eliminar al mismo tiempo los agentes
patógenos, por lo que rara vez se reproduce la infección.
Complicaciones
En ocasiones una cistitis puede
estar relacionada con diferentes complicaciones, pudiendo verse afectados otros
órganos además de la vejiga.
Así, una cistitis puede ocasionar
complicaciones cuando las bacterias causantes de la infección ascienden desde
la vejiga hacia otros órganos a través de los uréteres. Si las bacterias
alcanzan los riñones, pueden causar una pielitis o una pielonefritis, que se
manifiestan con fiebre, escalofríos y molestias la orinar. Por otro lado,
también pueden presentarse dolores de espalda en la zona de los riñones. El
riesgo de que una cistitis se extienda hacia el tracto urinario superior, tiene
lugar únicamente en un porcentaje del 2%, incluso con un tratamiento
insuficiente. En casos extraordinariamente raros con una evolución
especialmente grave, puede darse un fallo renal grave. Igualmente, una de las
consecuencias de una infección de orina puede ser una septicemia.
Una cistitis sin complicaciones,
que no se extiende a otros órganos, tampoco provoca graves complicaciones en el
caso de episodios recurrentes. Ahora bien, cuando la cistitis se reproduce de
forma continuada y afecta a toda la pared de la vejiga, con el tiempo dicho
órgano puede verse dañado: los tejidos de la vejiga pueden morir por una
cistitis crónica (necrosis) y calcificarse, es decir, endurecerse. Si la
enfermedad progresa, la vejiga puede reducirse (contracción de la vejiga). Solo
en casos muy graves será necesario eliminar la vejiga quirúrgicamente y evacuar
la orina artificialmente.
La prevención de la cistitis es
fácil si se tienen en cuenta unas pocas y sencillas medidas:
Beber mucho líquido. De este
modo, enjuaga correctamente su vejiga y el tracto urinario, eliminando así las
bacterias. Se recomiendan entre 1,5 y 2 litros diarios.
Si tiene necesidad de orinar,
acuda al baño lo antes posible.
No utilice artículos de higiene
personal perfumados o desinfectados.
En los meses fríos vístase con
ropa que le abrigue suficientemente. Las camisetas demasiado cortas, por
ejemplo, son desaconsejables en invierno.
Como la uretra de las mujeres es
más corta, son más propensas a sufrir una infección de orina que los hombres.
Para evitarlo deberán prestar atención a lo siguiente:
Tras la deposición, se recomienda
limpiarse siempre de delante hacia atrás (es decir, desde la vagina hacia el
ano). De este modo, se evita que las bacterias perjudiciales penetren en la
uretra.
Orine lo antes posible tras
mantener relaciones sexuales para expulsar los posibles gérmenes de su uretra.
Especialmente tras el sexo oral o
anal, se recomienda utilizar preservativos si va a tener lugar un acto sexual
vaginal.
Ciertos anticonceptivos no son
muy recomendables para mujeres con tendencia a sufrir cistitis. No resultan muy
adecuados los diafragmas y los espermicidas. Los preservativos, por el
contrario, protegen mejor ante los agentes patógenos.
Para aquellas mujeres que
presentan episodios crónicos de cistitis, tienen a su disposición las
siguientes medidas para prevenir las recidivas:
Complemente su alimentación con
arándanos y productos derivados como el zumo de arándanos, porque los arándanos
contienen sustancias que pueden evitar que las bacterias aniden en las mucosas
y provoquen una infección de orina.
En determinadas circunstancias,
el médico puede prescribir antibióticos durante un prolongado periodo de tiempo
para prevenir la aparición repetida de una cistitis. Por otro lado, existe la
posibilidad de tomar antibióticos después de tener relaciones sexuales.
Pregunte a su médico sobre las posibilidades de un tratamiento con antibióticos
para prevenir las infecciones crónicas recurrentes.
La cistitis es especialmente
frecuente durante la menopausia. Una de las posibles causas es la falta de
estrógenos. Por ello se postula la administración de estrógenos como una
posible ayuda en estos casos.
Consulte su medico.